martes, 21 de diciembre de 2010

La obesidad, un factor a tener en cuenta frente al cáncer.

Nueve factores para evitar el cáncer

Cada año se dan en el mundo más de siete millones de muertes por cáncer. Una tercera parte de ellas se atribuye a causas conocidas y evitables
Las distintas formas de cáncer conocidas siguen cobrándose cada año millones de vidas en el mundo a pesar de los avances que se producen en áreas clave como el diagnóstico y el tratamiento. Una parte nada despreciable de ellas, alrededor del 35%, podrían evitarse si se aplicaran medidas preventivas eficaces. La revista médica The Lancet ha identificado nueve de las causas implicadas en el origen de la enfermedad. Algunas, como el tabaco y el alcohol, eran ya conocidas. Otras, como la obesidad y el sedentarismo, han causado sorpresa por su novedad.
La prevención, junto con la mejora de las técnicas diagnósticas y la incorporación de nuevos tratamientos, son los tres pilares sobre los que se asienta en la actualidad la lucha contra el cáncer. De ahí que investigadores, médicos especialistas y epidemiólogos insistan en la necesidad de identificar aquellas causas que puedan estar implicadas en el origen de la enfermedad.
The Lancet, una de las publicaciones de mayor prestigio médico, estima que las muertes por cáncer en el mundo superan los siete millones anuales, y que de ellas al menos una tercera parte, unos dos millones y medio de casos, podrían evitarse. De acuerdo con un estudio reciente, el consumo abusivo de tabaco y alcohol encabezan la lista de «nueve factores» evitables. La lista la completan otros factores como la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras y la falta de ejercicio, una novedad para la mayoría. El progreso también es el culpable de que la contaminación atmosférica y la que se produce en espacios cerrados, sea otra de las causas reconocidas como potencialmente cancerígenas. Por último, algunas infecciones víricas de contagio sexual o transmitidas por inyectables, también están implicadas en la aparición de algunos tipos de cáncer, sobre todo, en países menos desarrollados.



Obesidad y poco ejercicio, enfermedades del progreso

Está reconocida la directa relación que tiene el sobrepeso en la salud cardiovascular, así como en otras patologías como la diabetes y la artrosis, entre otras. Menos conocida hasta ahora es la relación entre obesidad y el mayor riesgo de desarrollar algún tipo específico de cáncer, en concreto, cáncer de mama en mujeres post-menopáusicas y cáncer de riñón, colon y endometrio.
La asociación entre sobrepeso y cáncer de mama en mujeres post-menopáusicas se ha establecido en más de un centenar de estudios. Algunos de ellos también evidencian un hecho importante: la reducción del riesgo en mujeres con sobrepeso que han adelgazado. También se corrobora que las mujeres obesas tienen un peor pronóstico de su enfermedad, con más recaídas.
Parece que el mecanismo implicado en este mayor riesgo es el nivel de hormonas femeninas y su relación con el origen de un cáncer de mama. Los niveles hormonales, según se ha comprobado en multitud de estudios, pueden verse afectados por la obesidad. En cáncer de colon se apunta como posible causa dietas poco apropiadas (mayor consumo de carne y menor de verduras) y también, como en el caso anterior, alteraciones hormonales.
La mejor prevención es, por lo tanto, intentar mantener un peso adecuado y hacer un poco de ejercicio. Dos horas y media a la semana de una actividad moderada como caminar a paso ligero, son suficientes para obtener beneficios.