viernes, 4 de marzo de 2011

Prevención cardiovascular: el corazón de la mujer

Para la prevención de eventos cardiovasculares, hay pequeñas pero importantes diferencias entre géneros

En la actualidad, la mujer española está más preocupada de enfermedades como la osteoporosis y el cáncer de mama, que de las patologías cardiovasculares. Pero éstas no son solo de carácter masculino. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad entre las españolas: motivan el 30% de los fallecimientos femeninos. Pequeños cambios en la vida diaria, con algunas diferencias respecto a los hábitos de los hombres, podrían dar un giro a estas cifras. Para ello, aseguran los expertos, hace falta concienciación y un trabajo importante de información.
La enfermedad cardiovascular es la causa principal de muerte entre las mujeres. Sin embargo, la mitad de ellas desconoce esta realidad, según un trabajo realizado en EE.UU. Cerca de la mitad de las encuestadas entre 25 y 44 años creía que el cáncer de mama era su principal causa de fallecimiento. Según publica la revista 'Circulation', en 2009 solo conocían esta situación un 54%. Aunque es una cifra muy desalentadora, lo cierto es que ha mejorado desde 1997, cuando este porcentaje era de tan solo un 30%. El mismo trabajo revela las nuevas directrices de la American Heart Association (AHA) para prevenir eventos cardiovasculares, que afectan en mayor medida. Cada año, 55.000 mujeres más que hombres sufren un accidente cerebrovascular (ictus) en EE.UU. En cambio, ellos tienen más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco.
Esta sociedad ha creído conveniente publicar estas guías porque, si bien la prevención de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares es muy similar para ambos sexos, hay algunas pequeñas pero importantes diferencias. Los estudios constatan que apenas el 4% de las féminas entre 50 y 79 años siguen hábitos saludables respecto a la prevención de enfermedad cardiovascular.

Singularidades femeninas

Los factores de riesgo modificables tienen su origen en un estilo de vida inadecuado o en una falta de control sobre el estado general del organismo. Estos factores, parecidos entre sexos y conocidos por la mayoría de la sociedad, muestran diferencias en su desarrollo, consecuencia o incidencias. El primer factor es la hipertensión arterial. A pesar de que la prevalencia es parecida en ambos sexos, la curva de incidencia se incrementa a partir de los 65 años en mujeres, un hecho que aumenta las posibilidades de desarrollar algún evento cerebrovascular. La Sociedad Española del Corazón calcula que el riesgo de cardiopatía coronaria o ictusen mujeres hipertensas es entre dos y cuatro veces mayor que en quienes tienen valores normales.
Los estudios han demostrado que después de la menopausia hay un mayor riesgo de sufrir una enfermedad del corazón, vinculado a la disminución de los niveles de estrógeno, que proporcionan protección durante la vida fértil. El estrógeno está relacionado con niveles más elevados de "colesterol bueno" (HDL) y niveles más bajos de "colesterol malo". Un caso aparte es la mujer diabética, que debe mantener tanto los valores de hipertensión arterial como de colesterol más bajos de lo normal, porque su riesgo cardiovascular es cuatro veces superior.
Pasados los 65 años, la mujer debe vigilar todos los factores de riesgo y adoptar hábitos de vida saludables
La obesidad, un factor de riesgo conocido, en el caso de la mujer cobra especial importancia. Con el mismo peso elevado que un hombre, una mujer tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, más aun si la grasa se acumula en tronco y abdomen (denominada "obesidad central"). Según datos de la Sociedad Española del Corazón, una pérdida de peso del 10% supone una significativa reducción de la predisposición a la enfermedad coronaria.

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